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Las fintech españolas denuncian que no han recibido todavía un euro de los fondos europeos

La CEOE critica la lentitud de España

Aunque el Gobierno se ha esforzado en dejar claro que en su agenda económica la innovación y la digitalización están en un lugar preeminente, las fintech españolas no han recibido aún ayudas de los fondos europeos, lo que está dificultando su desarrollo y perpetuando su desventaja frente a otros países europeos.

«En lo que estamos fallando es en que no se está viendo que los fondos de Europa estén llegando a las startups para crecer, competir y transformar digitalmente el sector», ilustra Rodrigo García, presidente la Asociación Fintech e Insurtech de España en una entrevista con OKDIARIO.

Por ahora, en el sector prevalece la idea de que el Gobierno no está siendo una palanca para su expansión, pese a que acaba de aprobar un Proyecto de Ley de Startups para favorecer el emprendimiento que, según García, es positiva para estas compañías emergentes, pero advierte de que sus resultados no se notarán en al menos tres años, ya que se trata de empresas nuevas que deben transitar por una senda de crecimiento gradual.

A corto plazo, por tanto, la atención está puesta en la llegada de los fondos Next Generation EU, que se concebían como un motor para la digitalización y la modernización de la economía española, según ha proclamado el Gobierno en múltiples ocasiones.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que articula los fondos, destina el 28% del presupuesto -18.500 millones de euros- a que ciudadanos, Administraciones públicas, pero sobre todo las empresas, mejoren sus competencias digitales y aceleren la adopción de las nuevas tecnologías en sus actividades. Sin embargo, García se lamenta de que «no existe una ayuda para las compañías que ya son digitales» como las fintech.

«En España, más allá de los créditos ICO, que han salvado a muchas pymes, el problema es que las startups no reciben ni un duro del ICO porque no tienen un historial financiero con el banco y jamás les van a dar dinero», afirma.

Esto es especialmente acuciante para algunas de estas startups, ya que «la financiación va por barrios», apunta. «Hay compañías que sufren mucho para conseguir capital y otras que tienen más experiencia o dan con la tecla del producto que funciona lo tienen más fácil», explica García.

Rezagadas respecto a Europa

En cualquier caso, el mundo fintech español está lejos del desarrollo de otros países europeos, donde han florecido más unicornios -aquellas empresas tecnológicas de reciente creación que consiguen una valoración superior a los 1.000 millones de dólares en su proceso de financiación del crecimiento-. Y eso es así fundamentalmente por falta de capital inversor. «Reino Unido y Alemania se reparten prácticamente el 65% de la inversión europea», comenta García.

Cuando una compañía quiere internacionalizarse necesita financiación, pero en España las rondas suelen ser de uno o dos millones, así que las empresas no tienen capacidad para contratar equipos y talento, frente a las rondas de financiación de las startups en Europa que alcanzan cifras de 40, 50 o 100 millones, explica.

El resultado es que España cuenta con muchas startups -en los últimos 12 meses se han creado 120 nuevas fintech, respaldadas fundamentalmente por venture capital-, pero tienen el hándicap del tamaño.  «Son más pequeñas que las europeas, nos cuesta más levantar capital», constata. Entre los motivos de esta desventaja cita el riesgo/país por pertenecer al sur de Europa.

«Si no conseguimos que la startup consiga dinero y se meta en proyectos semipúblicos de grandísimo calado estaremos perdiendo la oportunidad de ayudar a estas compañías a crecer», indica García, en referencia a la lentitud con la que se están desplegando los fondos europeos hacia las fintech.

«Los fondos europeos pueden estar llegando a grandes corporaciones o proyectos públicos, lo cual está muy bien, pero que no nos vendan que son para ayudar a las compañías tecnológicas», señala.

El sector ha mantenido reuniones con el Gobierno en un intento por acelerar la llegada de las ayudas. La respuesta dada por ahora es que en el Ejecutivo «están trabajando para que los fondos vengan de Europa», pero no hay nada concreto.

La sensación reinante en el universo de startups español es que no cabe confiar por el momento en la lluvia de dinero que se esperaba, puesto que el runrún de las ayudas se viene escuchando desde febrero, pero estas siguen sin materializarse. En síntesis, la percepción es que falta una apuesta más decidida por la innovación.

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